En este momento estás viendo 5 tips para superar el miedo a cometer errores en tu trabajo

5 tips para superar el miedo a cometer errores en tu trabajo

Las cartas sobre la mesa. A nadie nos gusta que nos señalen los errores que se han cometido en el trabajo. Y todavía es más frustrante que de las diez tareas hechas tenga tanto protagonismo la que está mal. Incluso nos desilusionamos un poco más cuando nos lo recuerdan constantemente como si nada de lo que hacemos está bien.

Esa importancia excesiva ha generado que más de una persona padezca el síndrome de atiquifobia. Un miedo persistente, anormal e injustificado a fracasar, a equivocarse o a cometer errores. Por suerte, es un bloqueo mental que se puede superar, pero antes de que caigas en esa espiral de emociones, te invitamos a hacer un punto y aparte y darle la vuelta a la situación

Miedo a cometer errores. Foto recuperada de Freepik

Los errores

Los errores no son tan negativos como nos quieren hacer creer. Al fin y al cabo, nadie nace aprendido, por lo que es natural cometerlos. Los errores nos pueden ayudar a entender cuáles son nuestras prioridades, a desarrollar nuevas metas que ni habíamos pensado, a comprender que la inteligencia se trabaja día a día para superarnos e, incluso, nos ayuda a tener anécdotas que contar para romper el hielo.

Todos cometemos errores sin excepción. Hasta las mentes más prodigiosas los han cometido alguna vez. El secreto del éxito está en analizarlos, en entender por qué se han cometido y cómo podríamos mejorar o darle la vuelta. Si a estas alturas todavía dudas de que de los errores están para aprender de ellos, te invitamos a que leas las siguientes historias reales.

El caso del post-it

En 1968 el Dr. Spencer Silver trataba de desarrollar un adhesivo fuerte, pero  accidentalmente creó un adhesivo débil y reposicionable. Seis años después, un compañero científico necesitaba un marcador ligeramente adhesivo para un himnario. Su creación se convirtió en un post-it.

El post-it en el ámbito laboral. Foto recuperada de Freepik

El caso de la sacarina

Sacarina y café. Foto recuperada de Freepik

El químico ruso Constantin Fahlburg fue el creador del primer edulcorante artificial del mundo. Y lo curioso es que dio con el descubrimiento gracias a que se le olvidó lavarse las manos. Después de un día de reacción de alquitrán de hulla con fósforo, amoníaco y otros productos químicos, se dio cuenta en casa de que sus manos tenían un sabor dulce.

El caso del horno de microondas

En 1945, Percy Spencer estaba manipulando fuente de energía para el equipo de radar. Mientras estaba maniobrando su máquina, se dio cuenta que la barra de chocolate se estaba derritiendo en sus pantalones. Fue así como nació el horno microondas.

Microondas en el trabajo. Foto recuperada de Freepik

El caso del súper pegamento

Pegando objetos con súper pegamento. Foto recuperada de Freepik

Nació en un intento de fabricar plástico transparente para la mira de armas durante la Segunda Guerra Mundial por el ingeniero Harry Coover. Este descubrimiento fue mítico porque, hasta la época, un adhesivo efectivo necesitaba presión o calor para que funcionara. Diez años después este componente fue comercializado.

El caso del velcro

Georges de Mestral haciendo senderismo con su perro en 1941, se percató de que el follaje de las rebabas se le pegaba en los pantalones y en la piel de su perro. Imitó el resultado artificialmente y así es como nació el velcro.

Nota: velcro es la combinación de terciopelo y ganchillo en inglés (velvet) y (crochet).

En un inicio tuvo problemas en ser aceptado hasta que en 1960 la NASA lo usó en trajes de vuelo. Desde entonces, se convirtió en una moda de la era espacial propia.

Calzado con velcro. Fotos de Freepik

Es hora de afrontar la atiquifobia en el trabajo

¿Ves lo que te decíamos? Ni si quiera las grandes mentes se pueden librar de este fenómeno natural. Y la razón es, que los errores no son tan negativos como nos quieren hacer creer.

  • Abre la mente

Evita pensar que nuestras acciones o bien nos aportan éxitos o de lo contrario hemos fracasado. Te recomendamos que, en vez de analizar los resultados, te enfoques en el proceso de la actividad. Procura dar lo mejor de ti en cada tarea sin autoexigirte demasiado.

  • Vive el presente

Anticiparte a lo que sucederá y asumir que será un error o un fracaso no te beneficiará en el trabajo. Trabaja el presente teniendo en cuenta qué es lo que estás haciendo y da lo mejor de ti. También ayuda tomarse las cosas con más calma y fluir con la situación para tener la mente más relajada y favorecer la creatividad.

  • Educa la voz interior

Seguro que ya sabes a qué me refiero, esa vocecita que le da tanta importancia a los resultados negativos. ¿Cómo educarla?

Pregúntate: ¿Cuál es mi objetivo? ¿Qué pasos tengo que seguir para realizar la presentación?

Busca pequeños logros del día para llegar a tu objetivo. Por ejemplo: «Me está saliendo todo bien, he conseguido hacer la presentación sin titubear».

  • “¡Sí puedes!”

Haz esta reflexión, si no crees en ti y en la capacidad que tienes para superar los problemas, claramente tendrás más dificultades para llegar a tu objetivo. Para que los demás confíen en tus habilidades y aptitudes debes trabajar tu confianza y actitud, ya que es la receta que te llevará a demostrar tu valía.

  • Permítete equivocarte

Como ya hemos visto, equivocarse no es sinónimo de fracaso. Aprovecha cada situación para analizar con perspectiva y aplicar tus conocimientos para crecer como profesional o para mejorar el método. Todas las oportunidades son buenas para aprender de ellas.

Superación del miedo a cometer errores. Foto recuperada de Freepik

En definitiva, los errores nos permiten ser creativos, nos permite adquirir nuevos conocimientos y nos permite mirar el pasado para medir nuestro progreso profesional y nuestra productividad. Te animamos a que tengas en mente estos tips porque te acabarás sorprendiendo de lo que eres capaz de hacer. Como dijo Theodore Roosevelt: «El único hombre que no comete errores es el hombre que nunca hace nada«.