¿Alguna vez te ha dado la sensación de que encajarías mejor en una compañía que en otra? Sin saber por qué, ves que simplemente te gusta más el ambiente de una empresa en concreto, que te representa más su marca y los que la forman.
¿De qué estamos hablando cuando sentimos todo esto? ¿Qué es lo que marca que una empresa, aún que sea del mismo sector que otra, nos atraiga más? La respuesta está en un concepto muy simple: la cultura empresarial.
¿Qué es la cultura empresarial?
El término cultura empresarial ha llegado a posicionarse en uno de los más valorados en la actualidad en el mundo empresarial. Según el estudio Global Culture & Change Management Survey de Strategy&, dos de cada tres directivos señalan que la cultura empresarial es un factor más importante que la propia estrategia o modelo operativo de la compañía.
Tal como indicábamos al inicio, la forma de ser de una compañía y cómo lo comunica a los demás marca aquel punto diferencial que hace que queramos consumir sus productos, aquellos que hacen que nos sintamos identificados. Esto es una pequeña consecuencia de la cultura de nuestra empresa, ya que todo lo que forma la organización transforma nuestros productos y/o servicios y les da una personalidad propia.
Así que podríamos llegar a decir que la cultura empresarial es el ADN de una compañía: marca las normas, valores y las formas de pensar que caracterizan su manera de actuar y sentir, posicionamiento, estilo de trabajo y organización. En resumen, define cómo es la empresa. Todo esto es lo que hace que, aunque dos empresas se dediquen a lo mismo, sean diferentes entre ellas y los que la forman tengan un sentimiento de identidad distinto.
Definir la cultura de nuestra empresa: misión, visión y valores
Hay muchos factores que marcan la cultura empresarial. Pero los tres pilares fundamentales que indican su forma de ser son la misión, visión y valores que tiene. ¿Cómo podemos definirlos?
Misión
La razón de ser de la empresa. La misión responde a una pregunta muy simple: ¿Por qué existe nuestra organización? ¿Qué es lo que queremos ofrecer al mundo? Lo que respondamos a esta pregunta nos hará ver cual es nuestro rumbo, de dónde venimos y a dónde vamos. En conclusión, definiremos lo que sustenta a nuestra empresa.
Visión
Cuando hemos definido la misión hablábamos de nuestros orígenes. Pues bien, con la visión sucede lo contrario. Miramos hacia el futuro, hacia dónde queremos estar en los próximos años como objetivo. Respondemos a la pregunta: ¿Qué es lo que queremos conseguir en los próximos años? Esta pregunta es crucial, ya que con gran parte de la respuesta seremos capaces de identificar cómo actuaremos dentro de nuestra organización, o sea, cuál será nuestra cultura empresarial.
Valores
Los valores indican cuáles son los principios éticos que determinan el día a día en nuestra empresa. No suelen ser más de seis/siete y aunque normalmente es el punto que muchas empresas no fijan, tener valores como compañía supone atraer y retener talento profesional.
Tipos: cultura fuerte y débil
Encontramos dos tipos principales de cultura empresarial: fuerte y débil.
Cultura empresarial fuerte
Cuando hablamos de cultura empresarial fuerte una empresa tiende a hacer una supervisión más general. Eso supone que no hay una gran presión, los puestos de trabajo son flexibles y la empresa está orientada a la productividad. De forma que muestra interés por las personas que la forman y tiene unos valores y normas que son aceptados y tenidos en cuenta con firmeza por la mayoría.
Cultura empresarial débil
La cultura empresarial débil suele tener una supervisión por parte de los superiores más estricta. Así que no hay flexibilidad y el trabajo está estandarizado. En este caso los valores no son asumidos por los trabajadores sintiéndose identificados con la empresa, sino que se les impone, sin que haya ningún tipo de alineación entre las personas que forman la empresa y la organización.
Beneficios
Tener nuestra cultura empresarial bien definida nos va a aportar muchos beneficios a nuestra compañía: