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¿Cómo han evolucionado los derechos de la mujer en el mundo laboral?

¿Alguna vez os habéis preguntado qué es lo que podía hacer una mujer de principios del siglo XX? Sin ir más lejos, ¿les hemos preguntado a nuestras abuelas cómo trabajaban sus madres? ¿O si ellas mismas pudieron estudiar una carrera universitaria?

Mañana, 8 de marzo, es el Día de la Mujer Trabajadora. Y en Epos hemos querido reflexionar sobre la trayectoria de los derechos de la mujer, sobre todo en el ámbito laboral.

1910

Las mujeres teníamos derecho a poder trabajar. No obstante, si estábamos casadas necesitábamos la autorización de nuestro marido para poder hacerlo.

También podíamos estudiar en la universidad. ¡Pero atención al siguiente dato! El porcentaje de mujeres universitarias era muy bajo en esa época debido a que el 60% de las mujeres eran analfabetas.

1920

dia de la mujer

En 1926, la ley cambió, y ya podíamos cobrar directamente por nuestro trabajo sin la necesidad de la mediación de nuestro marido.

Seguíamos pudiendo estudiar en la universidad, pero el nivel de mujeres analfabetas seguía siendo alto (50%).

1930 – 1940

A principios de los años 30, con el bando republicano, las mujeres disponíamos de los mismos derechos que el hombre, debido a la Constitución de 1931. Podíamos trabajar en la administración y hasta ser diputadas o notarias. Y se hizo un gran paso reconociendo el derecho a la no discriminación laboral.

Todo se torció a finales de los años 30 y en los 40, a consecuencia de la Guerra Civil Española. Donde el bando franquista negó totalmente a las mujeres el derecho a trabajar si estaban casadas. El Fuero del Trabajo (1938) determinó que “liberaba” a la mujer casada del trabajo “en el taller y la fábrica”.

1950

En los 50, seguíamos sin tener derecho a trabajar en talleres o industrias si estábamos casadas. Pero además no podíamos firmar un contrato de trabajo, sacarnos el carné de conducir, pedir el pasaporte y abrir una cuenta bancaria sin la autorización de nuestro marido.

Volvimos atrás respecto a principios de los años 30. Y es que no teníamos derecho a ser diplomáticas, juezas, notarias, inspectoras de hacienda o registradoras.

Y, además, en 1957 se nos prohibió trabajar en mataderos, canteras, metalurgia, industrias químicas, en la construcción y minería.

1960 – 1970

En 1961 se promulgó la ley sobre los derechos políticos, profesionales y laborales de la mujer, que nos permitió trabajar fuera de casa si estábamos casadas. Y a partir de 1966 ya podíamos ser juezas y fiscales (no ingresó la primera mujer hasta 1977), notarias (desde 1961) o diplomáticas (1962).

La cosa mejoró a partir de la Constitución de 1978, cuando se nos dio el derecho a no ser discriminadas por ser mujeres (aunque a nivel social había una falta de concienciación y seguía habiendo desigualdades).

Ya podríamos firmar un contrato de trabajo, sacarnos el carné de conducir, pedir el pasaporte y abrir una cuenta bancaria sin la autorización firmada de nuestro marido.

1980

Prácticamente 40 años atrás. ¿No parece tanto no?

Pues aún no teníamos el derecho a ser protegidas de manera integral contra las agresiones machistas. No podíamos ser militares ni trabajar en el interior de una mina.

Pero algunos avances sí que hubieron: como la ley del divorcio, poder tener la patria potestad de los hijos, abortar en tres supuestos, medidas para conciliar la vida laboral con la vida familiar y la reforma fiscal que permitió a los cónyuges presentar la declaración de la renta por separado.

igualdad

1990

Aunque parezca un poco extraño, en los años 90 no podíamos ser ni paracaidistas, ni legionarias, ni ingresar en los cuerpos especiales del Ejército. Pero sí ser militares y trabajar dentro de una mina.

Se aprobó la legislación que tipifica al acosador sexual dentro de los delitos contra la libertad sexual. Y, además, en 1999 se aprobó el Plan de Acción contra la violencia doméstica y se modificó el Código Penal en materia de protección contra los malos tratos.

2000

Entramos en el siglo XXI, donde las leyes empiezan a cambiar a nuestro favor. No obstante, aunque por la ley somos iguales, de facto no tenemos el derecho real de ganar lo mismo que los hombres:

Las españolas cobraron de media en 2013, un 17% menos que los hombres a pesar de estar más preparadas, según la OIT.

Y hoy en día…

Llegamos a hoy, el día en el que podemos mirar al pasado y ver cuáles han sido los cambios más importantes de nuestra historia laboral en España.

Trabajamos, las leyes han evolucionado, somos independientes, autónomas, pero echemos un vistazo a lo que dicen los datos:

  • La tasa de escolaridad de la mujer es superior casi en todas las edades a la de los varones. También en la educación universitaria, donde hay la excepción de las carreras técnicas.
  • Se ha incrementado la tasa de actividad femenina en más de 21 puntos en casi 25 años. En 1987 éramos un 32,4% de mujeres en el mercado laboral, cuando hemos llegado al 53,01% en 2018.
  • Seguimos luchando con el techo de cristal. En España, un 69% de los puestos directivos y de gerencia están ocupados por hombres y a su vez, 2/3 de las personas que ocupan puestos de menor rango son mujeres. No obstante, el 46% de la población ocupada son mujeres.
  • Del total de mujeres empleadas, una de cada dos tiene un contrato temporal o trabaja a tiempo parcial.
  • Sigue habiendo brecha salarial. En España las mujeres trabajamos gratis 50 días al año por los efectos de esta. Según una encuesta de estructura salarial elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2016, el salario medio anual de los hombres fue de 25.924,43€, mientras que el de las mujeres fue de 20.131,41€.

Sin duda un camino que llevamos caminando ya hace más de 100 años, y que a día de hoy seguimos recorriendo tal como lo demuestran los datos. ¿Cuánto tiempo más creéis que tendremos que seguir para conseguir la igualdad?

 

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