Y tú, ¿piensas fuera de la caja?
Érase una vez una caja Esta caja se mantenía siempre cerrada, porque era como estaba más cómoda. Ahí guardaba todo el conocimiento, experiencia y valores que había ido reuniendo durante su vida. Hacía lo que siempre había hecho, lo que le habían enseñado. Sin embargo, no estaba creciendo y eso, en el fondo, le preocupaba.